El misterio del “Asesinato en el Rincón”
¿Dónde estoy? ¿Cómo llegué aquí? Lo último que recuerdo es un ardor en el pecho y después… nada. Pero ¿qué estaba haciendo cuando sentí ese ardor? Por más que haga memoria, todo es oscuridad. Es más, ¿quién soy, cómo me llamo? ¿Por qué estoy aquí?
No lo sé… No sé nada… Aunque… esforzándome… recuerdo unas hojas… Llenas de letras… muchas letras. ¿Qué eran?
También recuerdo una bebida… Se suponía que era té, pero tenía un sabor raro. Quizás mucho azúcar… Estaba leyendo y tomé una taza de té, antes de sentir ese ardor. Recuerdo que alcancé a gritar algo… a alguien… Eso quiere decir que había alguien conmigo… Pero ¿quién?
Haciendo memoria, ante mis ojos flotan las imágenes de una flor rodeada de llamas de color rojo intenso. Había una estatua que esculpía un lobo. También un candelabro y un paño. El candelabro tenía grabada una G inmensa. Había alguien hablando de literatura o de poesía… no logro recordarlo bien… Pero también hablaban de un namid- kafuringa… ¿qué es namid-kafuringa?
No me siento bien… Sigo sin entender en donde estoy. Solo oscuridad y soledad. Pero al fondo veo un punto luminoso. Es de color azul y me llama… me atrae… Enfilo el vuelo hacia él.
A medida en que me acerco, mi mente empieza a aclararse. Comienzo a recordar que mi nombre es Evgeny… ¡Sí, mi nombre es Evgeny! Soy periodista… Trabajo para alguien… o en algo… relacionado con letras… Muchas letras… Seguramente es un periódico reconocido…
¡No! No es un periódico. Es algo más… De color azul… ¿Un periódico azul?
Pero heme aquí. He llegado a un cuarto de paredes azules. Veo el candelabro y una estatua femenina de senos exagerados. Pero no veo ninguna flor, ni lobo, ni llamas. Solo veo gente alrededor de un escritorio… Hay policías y sirenas…
Algunos de los presentes están llorando, otros tienen una sonrisa socarrona en su rostro. Otros parecen alegres del suceso… Me acerco al escritorio y veo un cuerpo, cubierto por una sábana blanca, sobre él.
Pobre diablo, pienso con tristeza y me dispongo a seguir mi camino, cuando escucho a alguien decir:
- Evgeny no lo merecía…
- Me pregunto quién lo habrá hecho – responde otra voz.
- Seguramente Simón… Tenía el veneno a la mano…
- No, él no fue…
- ¿Por qué tan segura, Namid?
- Pues sería muy obvio, FlorDFuego.
- Creo que hay que pensar un poco…
- Piensa todo lo que quieras, ErosWolf. El único quien sabe la respuesta al acertijo, es Evgeny, y él está más tieso que un palo…
- ¿Por qué no tienes un poco más de recato, Acuario?
- Porque estas discusiones no nos llevan a descubrir al culpable…
Pero el resto yo no lo escuché… Me sentí desmayar… Entonces ese cuerpo… sobre el escritorio… era mi cuerpo… ¿Quién habrá sido? ¿Quién? Ese personaje, Acuario, tenía toda la razón… Ni siquiera podía reconocer a los que estaban en la escena del crimen, menos sabría quién de ellos fue.
Calma, me dije, ten calma. Tiene que existir alguna señal, un responsable… Entonces comprendí… Ya sabía quién era el responsable… Sabía quién era el que vertió el veneno en el té… Pero ¿cómo revelar su nombre? ¿Cómo decir quién era el culpable de mi muerte? ¿A quién decirlo? Los presentes en el cuarto parecían ignorar que yo estaba ahí…
Lo único que me quedaba era esperar a que alguien cayera en cuenta… Todas las señales estaban ahí… Era tan evidente… Solo esa persona podría ser responsable…
Pero lo único que podía hacer, era esperar…
Asesinato en el Rincón (conclusión)
Asesinato en el Rincón (Epílogo)