Ir a: Seres fantásticos en la literatura (2)
Empezando esta tercera parte debo advertir que en los seres fantásticos no están los clásicos. Estos merecen artículo aparte, son aquellos que además de la literatura se hicieron famosos en el cine y la TV: Drácula, Frankenstein (que no se llama así, pero el uso le dio ese nombre, en el artículo correspondiente aclararé este asunto, El Hombre Lobo (licántropos), El Jinete sin cabeza, etc. Tampoco nombro algunos de la mitología griega que ya aparecieron en otra parte, pero algunos aparecen para reiterar su existencia literaria… Dicho esto paso a seguir con nuestros monstruos:
1. Kappa: Los kappa suelen representarse como pequeños humanoides con forma de rana del tamaño de un niño. La cara tiene aspecto de tortuga y en muchas ocasiones es dibujado con un caparazón en la espalda. El hábitat natural de los kappas son los ríos y lagunas de Japón. Utilizan sus extremidades con forma de aleta para desplazarse y nadar a gran velocidad.
Pero lo más interesante de los kappas es que tienen una especie de calva en la cima de sus cabezas que está llena de agua. Se trata de una cavidad en la cabeza llena de agua y rodeada de pelo. Según la leyenda, los kappas son muy poderosos, y toda su energía viene del agua que tienen en sus cabezas. Si salen a la superficie, y por evaporación, u otro fenómeno, pierden el agua de sus cabezas pierden sus poderes y pueden incluso llegar a morir ya que quedarían como animales cualquieras.
2. Kelpie: Un kelpie o caballo acuático (each uisge en gaélico) es una criatura fantástica perteneciente a la mitología celta. Estas criaturas serían seres espirituales, que según las leyendas vivirían en los lagos, ya que serían espíritus del agua. Los kelpies se aparecerían ante los seres humanos usualmente tomando forma de caballo, aunque también puede tomar forma humana e incluso hay versiones en las que se representa como una especie de hipocampo.
De carácter eminentemente maligno, este ser suele aparecerse en las inmediaciones de los lagos escoceses. En forma humana, su aspecto es el de un hombre o mujer empapada y de revuelta cabellera que intenta ganarse la confianza de los viajeros para atraerlos al lago y lanzarlos al agua. También puede saltar sobre la grupa del caballo de los jinetes viajeros y hacerles perder el control del animal, dirigiéndolos hacia el interior del lago. En su forma equina, aparece como un magnífico ejemplar negro como la noche o deslumbrantemente blanco, de salvajes ojos pero comportamiento dócil. Cualquier viajero que monte sobre su grupa será testigo impotente de cómo el kelpie galopa hasta el lago y se lanza a la parte más honda junto con el jinete, que puede verse en graves apuros si no sabe nadar. La única forma de escapar de este destino es cambiar las bridas que lleva el kelpie por otras, lo que hará que la criatura quede bajo el total dominio del jinete.
3. Kobolds: En la mitología germana, un kobold era un tipo de espíritu menor que habitaba en cuadras, cuevas y casas. Se dedicaba a las labores domésticas cuando sus dueños se ausentaban de la casa, es decir, iba a por agua, partía la leña, daba de comer al ganado. A cambio de su trabajo exigía un poco de leche y los restos de comida, pero si al dueño de la casa se le olvidaba alimentarlo, se vengaba de ellos haciendo toda clase de maldades y pillerías.
En épocas medievales los mineros de Sajonia dieron el nombre de Kobold al mineral de cobalto que extraían y que, aunque se parecía a uno de plata, no podían extraer nada de él. Los mineros pensaron que el mineral contenía un demonio de la tierra.
4. Kraken: El Kraken es una criatura marina de la mitología escandinava y finlandesa descrita comúnmente como un tipo de pulpo o calamar gigante que, emergiendo de las profundidades, atacaba barcos y devoraba a los marinos. La leyenda puede realmente haberse originado de avistamientos de calamares gigantes reales que tendrían estimadamente de 13 a 15 metros de largo, incluyendo los tentáculos.
5. Leprechaun: Un leprechaun o lepracaun (Irlandés: leipreachán) es un tipo de duende o ser feérico —criatura de naturaleza dual: material y espiritual— masculino que habita en la isla de Irlanda. Los leprechauns son criaturas que pertenecen al folclore y a la mitología irlandesa, y se dice que habitan en Irlanda junto a todas las criaturas feéricas, los Tuatha Dé Danann y las otras gentes legendarias desde antes de la llegada de los celtas.
Los leprechauns y otras criaturas de la mitología irlandesa suelen estar asociados con «fuertes de hadas» o «anillos de hadas», que a menudo suelen ser lugares donde se encuentran antiguos -celtas o anteriores a estos- drumlins o movimientos de tierra.
Normalmente adoptan la forma de hombres viejos que disfrutan realizando travesuras. Su oficio es el de fabricar o arreglar zapatos. Se dice que son muy ricos, ya que custodian muchas vasijas de barro llenas de tesoros que fueron enterradas en periodos de guerra. Según la leyenda, si alguien logra fijar la mirada sobre un leprechaun, este no puede escapar, pero en el momento en que se retira la mirada, desaparece.
6. Leviatán: Leviatán (del hebreo לִוְיָתָן, liwyatan, enrollado) es una bestia marina del Antiguo Testamento, a menudo asociada con Satanás, creada por Dios. (Génesis 1:21) El término Leviatán ha sido reutilizado en numerosas ocasiones como sinónimo hoy en día de gran monstruo o criatura. El Leviatán también puede ser interpretado como el mar en sí mismo, con sus contrapartes, Behemoth que es la tierra y el Ziz que son el aire y el espacio. Algunos eruditos han interpretado al Leviatán, y otras referencias al mar en el Viejo Testamento, como referencias altamente metafóricas a los merodeadores del mar que aterrorizaron alguna vez el Reino de Israel.
Algunas leyendas judías consideran al Leviatán como un dragón andrógino que en su forma masculina sedujo a Eva, y a Adán en su forma femenina.
7. Los pájaros del Estínfalo: En la mitología griega, los pájaros del Estinfalo eran unas aves que tenían picos, alas y garras de bronce y cuyos excrementos venenosos arruinaban los cultivos y también eran carnívoras. Poblaban la región y el bosque alrededor del lago Estínfalo. Euristeo comandó entonces a Heracles que acabase con la amenaza de dichas aves, como parte de Los doce trabajos de Heracles, ya que en ocasiones atacaban al ganado o a la población. Heracles se dirigió al Estínfalo, y ahí se encontró desolado pues la misión era especialmente difícil de completar: las aves eran demasiadas para sus flechas y su legendaria fuerza no le servía de nada.
8. Manticora: La mantícora es una criatura mitológica, un tipo de quimera con cabeza humana (frecuentemente con cuernos), el cuerpo rojo (en ocasiones de un león), y la cola de un dragón o escorpión, capaz de disparar espinas venenosas para incapacitar o matar a sus presas. Dependiendo del relato mitológico, su tamaño varía desde el de un león hasta el de un caballo, y su descripción puede incluir o no la presencia de alas.
La mantícora tienen su origen en la mitología persa, y su nombre significa 'devoradora de personas'.
9. Medusa: En la mitología griega, Medusa (en griego antiguo Μέδουσα Médousa, ‘guardiana’, ‘protectora’)1 era un monstruo ctónico femenino, que convertía a piedra a aquellos que la miraban. Fue decapitada por Perseo, quien después usó su cabeza como arma2 hasta que se la dio a la diosa Atenea para que la pusiera en su escudo, la égida. Desde la antigüedad clásica, la imagen de la cabeza de Medusa aparece representada en el artilugio que aleja el mal conocido como Gorgoneion.
10. Minotauro: El Minotauro (del griego Μινόταυρος, Minótauros), era un monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro. El mito tiene su versión más completa en la Biblioteca mitológica de Apolodoro.1 Su nombre significa "Toro de Minos", y fue concebido de la unión entre Pasífae y un magnífico toro con motivo de una afrenta divina. Fue encerrado en un laberinto diseñado por el artesano Dédalo, hecho expresamente para retenerlo,2 ubicado probablemente en la ciudad de Cnosos en la isla de Creta. Por muchos años, hombres y mujeres eran llevados al laberinto como sacrificio para ser el alimento de la bestia hasta que la vida de ésta terminó en manos del héroe Teseo.
11. Naga: En el marco de la mitología hinduista, los nagás son un tipo de seres o semidioses inferiores con forma de serpiente. En el norte de la India, hay comunidades que se hacen llamar «nagá vanshi» (linaje de los nagás) porque se consideran descendientes de los nagás.
12. Ninfas: En la mitología griega, una ninfa (en griego antiguo νύμφα) es una deidad femenina menor de la naturaleza, típicamente asociada a un accidente geográfico o lugar concreto, a pesar de lo cual eran designadas por el título de olímpicas, convocadas a las reuniones de los dioses en el Olimpo y descritas como hijas de Zeus. Diferentes de los dioses, las ninfas suelen considerarse espíritus divinos que animan la naturaleza, y ser representadas en obras de arte como hermosas doncellas, desnudas o semidesnudas, que aman cantar y bailar; poetas posteriores las describen a veces con cabellos del color del mar.1 Se creía que moraban en la tierra: en arboledas, en las cimas de montañas, en ríos, arroyos, cañadas y grutas. Según el lugar que habiten, se les llama Agrónomos (ἀγρονόμοι), Orestíades (ὀρεστιάδες) y Náyades (νηϊάδες). Aunque nunca mueren de viejas o por enfermedad, y pueden engendrar de los dioses hijos completamente inmortales, ellas mismas no son necesariamente inmortales, pudiendo morir de distintas formas.
13. Ogros: Un ogro es una criatura humanoide, horrenda y fea, de la mitología de muchos países. También se les suele mencionar en cuentos de hadas, en los que suelen alimentarse de personas, especialmente niños. Se les suele representar con una gran cabeza, mucho pelo hirsuto, normalmente barba abundante, abultada panza y cuerpo fornido. De acuerdo con la mitología y leyendas de las gentes del norte de Europa, un ogro es el miembro de una raza de humanoides grandes, fieros y crueles que comen carne humana (niños especialmente). En algunos cuentos son también tímidos y cobardes, con escasa inteligencia, lo que hacía fácil el derrotarlos. Los ogros a veces eran capaces de cambiar de forma a voluntad, en animales u objetos y a menudo habitaban en lujosos palacios o castillos, a veces bajo tierra.
La ogresa suele estar vinculada de alguna manera con el agua. Al igual que los ogros, las ogresas poseen grandes cuerpos y poca inteligencia, con la salvedad de que suelen ser menos perniciosas hacia los humanos.
14. Ojáncano: El ojáncano u ojáncanu es un monstruo maligno de la mitología cántabra, infortunio de Cantabria, personifica el mal entre los cántabros y representa la maldad, la crueldad y la brutalidad. De carácter salvaje, fiero y vengativo, esta criatura habita en las profundas y lúgubres grutas de los parajes más recónditos de La Montaña y cuyas entradas suelen estar cerradas con maleza y grandes rocas. Los más viejos contaban que daba miedo ver al ojáncano andar por encima de la nieve en las noches claras de enero. La mitología recoge la creencia de que los desfiladeros y barrancos han sido hechos por estos míticos personajes.
Este gigante antropomorfo posee un aspecto descomunal, con un único ojo similar a un cíclope, su voz es grave y profunda como un trueno. Todo su enorme cuerpo está cubierto por un pelo áspero y rojizo proveniente de la espesa melena y la barba, de donde le crece un pelo blanco, el único punto débil del ojáncano. Si se le consigue arrancar tras cegarle el único ojo que tiene en su frente, muere.
Por otro lado la tradición dice que tienen mucho miedo a los sapos voladores y a las lechuzas. Cuando un sapo volador toca al ojáncano este muere si no consigue una hoja verde de avellano untada en sangre de raposo.
Los ojáncanos se alimenta de bellotas, de las hojas de los acebos y de los animales y panojos de maíz que roba. Pero también come murciélagos y aves como las golondrinas, además de los tallos de las moreras, y suele hurtar a los pescadores las truchas y las anguilas.
Bibliografía:
- Wikipedia
- Enciclopedia Encarta
- Mitologías y leyendas
- Diccionario mitológico