¡Hace tiempos que guardo en la memoria
todos los recuerdos de la casa paternal,
y al pie de su arboleda contaré su historia
que dejaron los abuelos como algo fraternal!
¡Recuerdo todavía los diminutos corredores
rodeados de nostalgias y con olores a jazmín,
los pilares carcomidos y las blancas flores
que nacían con su aroma en el álgido jardín!
¡Recuerdo todavía cuando éramos ‘pequeños’
que mi madre nos decía con cariño maternal,
todo ya se ha ido hasta los mismos sueños
que hoy al recordarlos no encontramos el final!
¡Recuerdo todavía cuando mi padre nos decía
los años han pasado muy llenos de ilusiones
de palabras cariñosas, de hermosas canciones
que en aquellos tiempos nos colmaban de alegría!
¡Recuerdo todavía cuando se oía en el monte
el canto de las guacharacas, el pechirrojo, el turpial!
y todos muy contentos con el cántico del sinsonte
que siempre nos arrullaba con ese ritmo musical!
¡Recuerdo todavía las fiestas decembrinas
que a la luz de la luna cantaban la canción,
aquellos personajes que llegaban a la oración
adorar al niño Dios hasta las horas matutinas.
¡Adiós casita adiós! no queda sino lo terrenal
y me voy por el camino recordado tus amores,
que un día muy triste crecieron con las flores
y se fueron despacito como el recuerdo paternal!