“¡Estoy Loco por Uno Mas!”. Así se la pasaba diciendo el Flaco, a sus malas compañías, que poco a poco fue arrastrándose al destructible vicio de las drogas, el Flaco como lo llamaban sus amigotes del vicio, se había convertido en un adicto.
El sabía que estaba enfermo, pero no le importaba, no escuchaba a su familia. Nunca busco ayuda, alias el Flaco, no quería aceptar, que estaba perdido en el mundo de las drogas.
Su adición al mundo esclavo de las drogas, le hizo perder su empleo, su familia y buenas amistades. El Flaco, que solo pensaba en darse “Uno Mas”, en darse un pase de droga, se había convertido en una escoria de la Sociedad, en un vulgar delincuente, para cubrir su enfermizo vicio.
En uno de sus arrebatos, por hacer dinero fácil para su esclava adición, fue contratado por un inescrupuloso dueño de negocio, que necesitaba que alguien le pegara fuego a su establecimiento, para posteriormente cobrar una fuerte suma de dinero del Seguro. Flaco, que solo tenía en su cabeza darse “Uno Más”, acepto la encomienda, de prenderle fuego al establecimiento.
Arrebatado como siempre, bajo las influencias de las drogas, trato de hacer su misión, pero lo que termino haciendo fue un desastre tremendo, cogiendo fuego no solo el establecimiento, sino el bloque completo. Medio vecindario incendiado, una real desgracia, produciendo grandes perdidas y daños materiales a la Cuidad.
Flaco, hoy en día preso en un Hospital para enfermos Mentales, donde perdió la razón por completo, solo se le escucha repetir: “¡Estoy Loco por Uno Mas!”.
Escrito: David Solano
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