Tomás ¿Verdad? ...Tomás, Tomás, Tomás… el que debió ser poeta. En tu adolescencia descubriste que lo tangible no te haría feliz, y que si te complacías siempre no encontrarías el sentido de tu vida y podrías encaminarte a tu destrucción… Te deshiciste del instinto.
En tu juventud descubriste que la ciencia no te diría la verdad completa y no respondería las preguntas que tu corazón comenzaba a hacerte, entendiste que los números, fórmulas y leyes no darían completo sentido a tu vida… Te encaminaste a la trascendencia.
Empezaste a usar la razón para responder las peguntas que te harían feliz, te conociste a ti mismo, descubriste la verdad en ti… Encontraste el sentido de tu vida.
¿Pero qué pasó?
¡Te llenaste de miedo!...te preguntaron a ti y a tus compañeros de colegio cuales eran sus sueños. ¿Y que respondieron ellos? ¿Cuales eran sus “sueños”? ¡Tener estabilidad económica! ¿Acaso los haría felices?; ¡Ser personas importantes! ¿Acaso no son importantes desde siempre?; ¡Organizarse! ¿Qué no es otra cosa que adquirir una rutina?
¿Y tú? ¿Qué respondiste? ¡Voy a ser poeta! ¡Mantendré libre mi alma y ayudaré a liberar la de muchos! ¡Los sentimientos y la pasión nos hacen felices, pero no pueden definirse! ¡Yo los transmitiré!
La risa disimulada que demostraba la incredulidad de tus compañeros te hizo entender que pocos lo aceptarían. Le contaste a tu familia y la reacción fue igual. Te rechazarían, se burlarían, se avergonzarían de ti. ¡No buscaste personas que si creyeran en los sueños, que tuvieran verdaderos sueños! ¡No pensaste que creyendo lograrías más que si no creyeras! ¡Que la consecuencia más probable de no creer es que no pase nada! ¡No quisiste ir contra la corriente y te dejaste arrastrar!
¡Apresaste tu pasión! ¡Le diste a la razón las llaves de su calabozo, se volvió soberbia y ahora se cree todopoderosa! ¡Te volviste como la mayoría aunque tenías originalidad! ¡Perdiste la fe! ¡Tu razón se volvió materialista! ¡Tu miedo a lo desconocido te hizo pensar que sólo existe lo que tocas! Tu razón dejó de crear, dar libertad y mantener feliz a tu corazón, se dedicó a estudiar todo lo tangible.
No es que la ciencia sea mala, lo malo es poner en ella toda tu fe. Y cometiste ese error.
¡Tenías pasiones de las que muchos carecen! ¡Descubriste tu esencia, que la mayoría se resigna a no buscar! Pero te llenaste de miedo y tiraste todo a la basura. ¡Te volviste un residuo más en la alcantarilla! ¡Un gramo más de escoria! Las decisiones más importantes de tu vida las tomaron otros. Te conformaste con ser como todos y te volviste insensible. Te empezó a gustar el dinero que antes despreciabas, dejaste de hacer lo que amabas para hacerlo que te haría rico.
Hasta que conociste a Teresa. ¿Y que pasó?
¡Sí! ¡Volviste a vivir! ¡Volviste a sentir su corazón! ¡Se llenó nuevamente de esperanza! ¡Revivió todas las pasiones que había enterrado! ¡Descubrió lo que negaba pero anhelaba: el amor! ¡Y ese amor concibió una nueva vida… que nunca contempló lo hermosa que es la tierra!
Ni siquiera con Teresa pudiste comprender, y estúpidamente, o mejor dicho, razonablemente, maltrataste lo que más amas, hiciste derramar su llanto, rompiste su corazón y borraste su sonrisa. Corrió desesperadamente huyendo de tus crueles palabras, tan concentrada en su escape que no vio lo que venía al otro lado de la calle. Y ella y el alma que llevaba en su vientre, llegaron a aquí. Teresa, Teresa: una de las pocas amigas de la vida y de la muerte…
Desde hacía mucho tiempo habías perdido el sentido de tu vida, pero sólo ese día quisiste no estar más sobre la tierra. Y con el valor que nunca usaste para ser tú mismo, llegaste hasta aquí.
¿Qué no entierre mis uñas en tus heridas? ¿Qué quién diablos soy?
Me conocen como la muerte, la mayoría mee teme pero yo la Vida me ama. Soy el único que la comprende perfectamente. Ella es mi esposa. Dicen que tiene muchas caras, que siempre está variando. Pero yo veo toda la hermosura que hay en ella. A los que la desprecian los llevo a los lugares más tormentosos que existen. Donde está ella estoy yo, donde estoy yo está ella.
Debes entender que tu razón ha dejado de ser razón cuando apresaste tu pasión e hiciste oídos sordos a lo que te decía el corazón.
Pregúntale a tu razón ¿por qué han muerto Teresa y tu hijo?...Te dirá:”Porque debido al impacto del choque sus órganos vitales han dejado de funcionar”
Pero pregúntale ¿Por qué existo yo? ¿Por qué he traído a Teresa en el momento menos esperado? ¿Por qué no permití que esté junto a Tomás? ¿Por qué?
Te diré la respuesta: por tu culpa, porque desde hace años debiste ser poeta pero lo has evitado. Con Teresa tuviste otra oportunidad pero la perdiste, por eso tuve que traerla: para que tú intentarás seguirla, vinieras aquí y puedas comprender…
¿Pero qué debes comprender?
Que ningún día de tu vida debe pasar en vano! ¡Que lo más importante que tienes es tu alma! ¡Que el tiempo que gastas diseñándote un disfraz tienes que usarlo para saber quien eres en realidad! ¡Que debes ser feliz y escuchar tu corazón para no morir en vida! Muchos te lo dicen con poesía, música y cine. ¡Pero tú no entiendes!
Nunca voy por alguien y regreso con las manos vacías. La muerte no te da más oportunidades. Pero la vida sí. Y lo más importante: te las das tu mismo. Estoy seguro que esta vez lo harás bien. Devuélvete por donde viniste y no me pidas que avise antes de visitarte, eso depende de mi… me gustan las sorpresas.
Y si alguna vez estoy a punto de rendirte .Si algún día te cansas y no quieres seguir…Recuérdalo: Carpe diem, quam minimum credula postero. Descubre que significa... ¡Y vive!
Dennis Carpe Diem