LEY DEL TALIÓN. Del latín lex talionis. Principio jurídico de justicia retributiva en el cual la norma impone un castigo que debe ser igual al crimen cometido. ... La expresión que materializa la ley del talión es “Ojo por ojo, diente por diente” consagrada en el libro Éxodo del Antiguo Testamento.
En el Código de Hammurabi del año 1760 a. de C., estaba claramente consagrada la Ley del Talión. Así las cosas si un hijo golpeaba a su padre, se le cortaban las manos (Ley 195); si un hombre libre vaciaba el ojo del hijo de otro hombre libre, se vaciaría su ojo en retorno (Ley 196); si un hombre quebraba el hueso de otro hombre, se quebraría el hueso del agresor (Ley 197).
Partiendo de ese punto, si la gran mayoría de los países tomaran estos principios para aplicarlos a las políticas de estado Y se aplicaría a la corrupción. Creo que ningún político y ciudadano robaría.
Usted robo. Se le corta la mano.
Usted mato. Usted será condenado a muerte.
Y así estos países serian un ejemplo y todos andarían derechito, la economía, la sociedad que distinta seria.
Pero! Los derechos HUMANOS, las leyes internacionales y toda aquella cantidad de normas prevalecen.
Entonces nada cambia, la corrupción continúa, seguimos abarrotando las cárceles de más criminales y el billete de bolsillo en bolsillo.
Los países mas jodidos de lo que aún están, políticos como cerdos gordos comiendo verdes y el pobre creyendo que la luna es de queso, esperando 100 años más para que las cosas mejoren.
Por otro lado nos dicen que nuestro VOTO hace la diferencia. Claro que hace la diferencia ponen a otro ladrón al frente del gobierno y sigue la cadena interminable y putrefacta.
Después llega un Robin Hughes que le roba a los más ricos y le da a los más pobres y se da cuenta que se encohina las manos y decide quedarse un porcentaje porque el no será otro pendejo útil al servicio del necesitado.
La realidad tiene muchas caras, la verdad cada quien le pone el condimento que quiera. El demonio suelta la rienda del caballo que va haciendo desastre en los sembradíos circunvecinos y el hombre en su libre albedrío toma la ley en sus manos y después culpa a los demás de los actos cometidos. El demonio solo dice yo solo solté la rienda del caballo.