En mi mundo hay un vacío,
Que con nada se puede llenar.
El vacío me tiene perdido.
Ya no hay nada que pueda cambiar.
Ya no encuentro momentos preciosos,
Que quisiera en mí atesorar.
Ya no veo el silencio con dicha,
Ya no encuentro la tranquilidad.
La quietud me parece apacible,
El ajetreo me parece banal.
Ya el hombre me parece risible,
Por su forma que no va a cambiar.
En mi mente hay un vacío,
Que con nada se puede llenar.
El vacío me tiene herido,
Ya no hay nada que pueda sanar.
Ya no hay nada que a mí me corrija,
Y no existe la que me va a amar.
El vacío me tiene perdido,
Y perdida está mi humildad.
Yo quisiera, por un momento,
Que mis ojos pudieran ver,
La bondad y el amor en el mundo,
Y a La Madre en una mujer.
Pero sólo veo engaño,
De los hombres y la humanidad.
Las traiciones son marca constante,
De lo que hoy es la feminidad.
En mi vida hay un vacío,
Que con nada se puede llenar,
Y en él yo me siento perdido,
Como toda la Humanidad.
Y yo sé que no soy el primero,
Ni el último de miles más,
Que también esperan milagros,
De que el bien venga a triunfar.
Pues lo único es que nos queda,
Es creer y rogar por el bien,
Que el engaño nunca prospere,
Y la mentira se destruya también.
Yo quisiera que este vacío,
Se llenara con mucha fe,
Con ríos de esperanza,
De bondad, de belleza y de bien.
Y mientras espero, vacío.
El vacío no lo puedo llenar.
Pues sin ella estoy perdido,
Y perdida mi humanidad.
Lunes, Diciembre 3 de 2018