“Un Crimen a mi Realidad”
Las calles solas y el otoño se va
Cuando ha escrito hoy en su altar
La frase que lo llevó a matarme
Es verdad, lo comencé a odiar,
Hasta que al querer abrazarme
Sin hablarme, me hizo alucinar,
Me hizo cometer en su baile
Un crimen a mi realidad.
Yo respiro y entra el helaje, feliz,
Inunda el cuarto y se queda junto a mí,
Me pregunta si oírla es mi otro juego
Creo que sí, pero no la dejaré de oír;
Congélame ahora sin pretextos
Vuelve hielo, el recuerdo de sentir
El roce de la luna con un beso
Que también se va de aquí.
*
Las calles solas respiran el perfume de un hasta siempre
Y al hacerlo, dibujan heridas en mi alma que permanecen,
Aun volviendo la idea de tirarme desde el sol, si es que vuelve,
Aun repitiéndose el recuerdo de oír la excusa de la muerte
De llegar, porque en realidad no hay quién con ella juegue.
*
Viene desolación, pero se ha devuelto,
basta con estar en pedazos por dentro;
Lo que hay de espacio lo ocupó el frío
Es eterno, se oculta del tiempo
Que viaja a favor de mi olvido
Conmigo; juega a ser lento
Mientras me vuelve pedacitos,
Aun así, le creo.
Toda la tarde muere nublada,
Muere con retratos de fantasmas
Que se quedaron tras el viaje
Tras la farsa, de ilusiones caras,
Valían tanto, pero nada importante
Ideales, que te abrazaban
Y se reían al verte temblar
Por tantas miradas.
*
Las calles solas respiran el perfume de un hasta siempre
Y al hacerlo, dibujan heridas en mi alma que permanecen,
Aun volviendo la idea de tirarme desde el sol, si es que vuelve,
Aun repitiéndose el recuerdo de oír la excusa de la muerte
De llegar, porque en realidad no hay quién con ella juegue.
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