Tenía yo hace algún tiempo atrás en mi niñez, una prima de esas que se la dan de santurronas y de golpes al pecho, muy mala vaina, que de su nombre no me quiero acordar. Ella nos decía! ya saben hoy vamos a misa y se portan bien. Al salir los llevare a la heladería a ver comer helado, la emoción era tan grande que la imaginación me llevaba a saborear ese rico helado de chocolate, así al llegar el tan anhelado momento, le pregunta a la prima, ¡ y mi helado? Y ella muy tajante y cortante me decía, yo les dije! los voy a llevar a ver comer helado!. Así pues me quedaba yo con la boca hecha agua y los ojos llorosos… P esa. jajaja