Día 4 - Mancha
Writelloween 2018
«¿La ves, puedes ver la mariposa?» dijo mi hermana, señalando la mancha sobre el suelo de madera en su habitación. La pequeña figura se posaba sobre la pata de la cama, sacudía sus inmensas alas mientras se limpiaba las antenas. Ante su sonrisa maravillada sólo podía responder con horror. La taza, la desencadenante de este temor, aún reposa fragmentada sobre el suelo, sin ya ninguna gota del té de manzanilla que contenía.
Enseguida volé al baño en búsqueda del trapeador, pese a las quejas entre lágrimas de mi hermana, refregué con todas mis fuerzas para eliminar aquella aberración de este mundo. Sin embargo, el efecto no fue tan duradero como deseaba, al cabo de unas horas retornó con el doble de su tamaño. Entonces volvía al baño, revolví por doquier hasta hallar la botella de lavandina aún sin abrir. Arrastré a mi hermanita fuera del cuarto y lancé la lavandina sobre el suelo, pude ver cómo la mancha se contorsionaba en dolor. No pude evitar sonreír.
Al día siguiente ella no salió de su habitación en todo el día, no comió, bebió, ni supimos de que fuera al baño. Nuestros padres estaban preocupados y, como fuera de suponer, fue mi deber el desalojarla de aquella trinchera. Toqué a la puerta varias veces sin respuesta, bajo la puerta se filtraban intermitentes brillos de luz por lo cual ella tenía que estar dentro. Tomé carrera y de una patada abrí la puerta, rompiendo una especie de tela que firmemente la retenía.
Una única vela iluminaba todo el cuarto, lanzando débiles rayos al empalidecido y ojeroso rostro de mi hermana, que parecía no haber visto el sol en meses. Divagaba, escupía incoherencias de que aquella mancha de mariposa marchita le hablaba. Encendí la luz y a regañadientes la arrastré fuera de su lúgubre morada. No obstante, era inevitable el asegurarme si eran meras locuras o aún persistía. Tomé otra vez la botella de lavandina para verter un poco sobre aquel cadáver. Y como esperaba, sonreí al ver el nulo efecto.
Esa misma noche, entre sueños, me pareció escuchar la puerta del cuarto abrirse. La madera rechinaba bajo los pies del poco afortunado intruso, cuya identidad podía suponer. Se detuvo frente a mí, viéndome acostado. Deseoso de saber qué quería esperé antes de siquiera hacer algo. Pasaron segundos, minutos, horas sin que el indeseado invitado se moviera; hasta que visualicé, con los ojos entreabierto, el alzar de sus manos con un brillante filo. De repente me levanté, gritando, para intimidarla. Un frío helado recorrió mi espina cuando discerní que estaba solo. Miré hacia la puerta, bajo la cama, en el ropero, pero no había nadie. No podía comprender lo que había ocurrido, estaba completamente seguro de que alguien había entrado. Entonces, ya sea por instinto o a causa de que lo siguiente era inevitable, giré mi mirada al techo y con horror contemplé un oscuro cielo de enormes mariposas que sostenían entre sus alas una filosa cuchilla.
El Writelloween es un evento entre escritores que nació para ser la contraparte para escritores del Inktober. Sin embargo, ha visto sus reglas modificadas con el tiempo por sus pocos participantes, llegando a distanciarse un poco de su contraparte.
Las reglas de este año son:
- Se debe escribir un relato por día. En caso de no llegar se pueden subir luego de ese día, siempre y cuando se logre completar el reto al final del mes.
- El relato debe contar con un máximo de 500 palabras.
- El relato se debe basar o tomar inspiración en una palabra dada por un tercero (participante o no). En caso de no contar con palabra, se puede llegar a autoasignar (pero es más provechoso lo primero).
- Este año no hay regla opcional.
Normalmente son compartidos en facebook con los hashtag #Writelloween y #Writelloween2018.