Capturar a la Cierva de Cerinia
Los ciervos o venados, para que me entiendan, tienen fama de ser animales nerviosos pero mansos, lo cual lo pone a pensar a uno que trabajo era para un machote como Hércules agarrar esta presa. Les cuento que si había enredos en el asunto porque el animalito le pertenecía a la diosa ARTEMISA, que es la misma Diana Cazadora de los romanos, y esta señora sentía un gran amor por su animal porque, en el pasado, era la única de un grupo de cinco que no pudo atrapar para engancharla en su carro.
La cierva tenía pezuñas de cobre y cornamenta de oro y además era muy veloz. Como el héroe había jurado cumplir con doce trabajos se dedicó noche y día a perseguirla durante un año, hagan de cuenta un muchacho bien tragado de su compañera de clase que no la deja a sol no sombra, y la siguió hasta el país de los HIPERBÓREOS (tema para otra lección) y cuando el animal se cansó de correr y correr y paró a la orilla del camino en una tiendita a tomar gaseosa, Hércules la atrapó. Es por molestar, en esa época no vendían gaseosa y la agarró fue en un pozo sin derramamiento de sangre porque, y esta era otra dificultad, si una sola gota se derramaba la diosa lo castigaría. El asunto es que le disparó una flecha que atravesó la pata entre el tendón y el hueso y allí no hubo sangre de nada. La amarró por si acaso, para que no pataleara, se la echó a los hombros y se la llevo a Euristeo en Micena. No se sabe que cara puso la diosa porque o quedaron fotos ni videos del acontecimiento.