-- Juan apúrate, ¡llamó tu papá! --
Dijo mi madre afanosa. Yo estaba en la cama pensando ¿como sería?...... ¿Que le diría? Nunca lo había visto. Era un extraño mas.
-- Ok, madre ya me organizo.-- conteste rápidamente, para calmarla. Escoji la ropa y los mejores tennis. no dejaba de pensar que le diría.
-- ¿por qué nos dejaste a mamá y a mí?
-- ¿por qué nunca llamas en mi cumpleaños?
-- Amor, pórtate bien y aprovecha a tu papá.-- dice mi madre con tono sarcástico.
Ella había olvidado todo lo ocurrido, éso creía, Yo no.
Llegué después de media hora a la casa de mi abuela, la puerta de madera tallada se abrió después de algunos golpes. Y fue apareciendo ese rostro como el mío, con algunos años más. Su sonrisa brillante con los rayos de luz.
-- ¡hijo mío que alegría! -- hablo con voz alegórica.
Mi mente quedó en blanco. Todos los cuestionamientos hechos anteriormente desaparecieron. Y el corazón quería salir de mi pecho.
-- hola papá--