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Sobreviví al humo azul. Dejé de fumar.

Humo azul, humo maldito de aroma a tabaco, de café, reuniones y cigarros. Que tienes tú? que la gente el mundo se apega a ti como una extremidad, un apéndice a sus vidas?  de que sirves si matas lentamente dejando tristeza, vacío y dolor entre tus fieles seguidores, pendejos, pendejo somos los que te seguimos y te compramos, extravagancia , cache, fortuna de que sirven si estamos muertos. así eres tu humo azul , dañino y mal nacido. Pero De quien es la culpa? de los padres, el bodeguero, la empresa que los fabrica, los millones de dólares que se generan por la venta de este producto. La promoción, el marketing son muchas interrogantes por responder.  Aquí comienzo yo con mi historia, no es la divina comedia, no es la mayor quijotada, ni odisea alguna literalmente contada jamás. Solo es una parte de mi historia y compartirla con vos. En mi caso particular todo empieza a muy corta edad si no más recuerdo 11 o 12 años de edad, mi madre fumaba y yo por curiosidad le robe un cigarrillo para saber que se sentía o quizás sentirme al mismo nivel o  un poco mayor y diferente, quería sentirme y me imaginaba como aquel vaquero de Marlboro. Aquella imagen de hombre interesante, agresivo con mirada firme, al estilo Clint Eastwood. Cabalgando al ocaso del sol con cigarro encendido, el Viejo Oeste.  La verdad de lo que paso en ese instante fue un fiasco fatal; sentí que se me quemaba la garganta, la lengua amarga, tos incontenible, ojos lloricones fue algo demasiado desagradable, desagradable; pero ya el mal estaba hecho. A la larga solo me conforme con encenderlo en la cocina y llevárselos a mi mama.

-----------FORTUNAAA!

 Hubo un tiempo quizás por la baja en ventas de cigarrillos y las fuertes campañas en contra del cigarro, que obligaba a las industria tabacalera en publicar detrás de cada cajetilla de cigarro, que el fumar era nocivo para la salud y produce cáncer. La industria tabacalera saco una gran promoción, que se trataba principalmente de juntar la palabra FORTUNA y si lograbas eso te ganabas una moto 250.cc Yamaha. Eso fue un  boom, todo el mundo por lo que se en Venezuela, andaban como ¡ locos!! SI LOCOS! comprando cigarros, a diestra y siniestra, de paquetes completos, inclusive hasta cajas y no había esa ley estricta de impedir la venta de cigarros a menores de edad. Se imagina todos buscando a FOR-TU-NA.  Fue una locura. Yo soy testigo de eso, estando en Caracas en unas vacaciones escolares presencie la entrega de una hermosa motos con líneas rojas full deportiva de carrera y eso era lo que animaba a la gente a comprar cigarros. Pero así como empezó, termino,  la locura de !FORTUNA! llego a su fin.

Ya a eso de los 12 años soporte un poco más lo desagradable y fumaba por ocio, ya cumplido los 18 años reunidos con amigos o y otros locos a veces la gente y otros amigos me preguntaban que se sentía al fumar cigarros y simplemente les respondía que solo era el hecho de fumar por fumar y soplar  el humo, que pendejada no. Hacia principios del año 1994 lo deje por 2 años, mientras estuve pagando servicio militar. El hecho o la acción de dejarlo fue que tuve otra motivación que me quito esas ganas de fumar, mi mente se ocupó en otras cosas como el ejercicio físico y la vida militar. Al pasar esos dos años de la vida militar volví a la civil, y el encuentro con las amistades lo retome esporádicamente pero no con el vicio enfermizo, fumaba por colas !epa! la cola es mía, así pasábamos los ratos vagueando y fumando a colas.

 Sin embargo llegue a fumar casi todas las marcas de cigarro existentes en el país, desde el Belmont hasta el peor de todos, bueno no me considere un probador experto de cigarros el más malo era el Dixie. Al tiempo compre un Encendedor Zippo bañado en plata con la estatua de la Libertad, edición limitada 1034 of 1997 para darme más cache con el clip, aun lo conservo, bien bueno para encender la cocina. Lo que sé es que paso las prueba del encendido volador. 

.............Al filo de la muerte.

Después de un largo tiempo a la edad de 34 años si no más recuerdo, entre el sedentarismo y la computadora, fumaba un poco más de lo habitual, en la mañana, al medio día, después de comer y en tiempo en tiempo. Lo cierto es que ya sentía como mi cuerpo respondía al efecto de la nicotina y el tabaco y otros agentes nocivos asesinos, al terminar cada cigarro sentía cansancio, fatiga al respirar, los ojos lagrimales, sueño y otros efectos, pero la gota que rebaso la copa de vino, fue en un viaje de largas millas que pase sentado en un  autobús que me provoco una trombosis en una pierna. Estuve al borde la muerte y si no cambiaba los malos hábitos no estaría para contarlo, solo sería  un número más, en la estadística de enfermedades de la infinita lista de fumadores fallecidos por esta maldición cancerígena,

La Resolución..

 Era yo, o el cigarro, lógico !Yo! me llene de ímpetu y lo deje de una vez por todas.  Hasta el día de hoy; ya han pasado 10 años y más nunca he fumado,  veo a la gente fumar y no me provoca, he estado sentado con los perores viciosos jugando ajedrez, ni así, me provoca. Creo que la motivación de vida y el querer estar más tiempo con mis hijas propicio ese gran cambio en mí, ese valor intrínseco de darle valor a la vida antes que el vicio fue definitivo, incisivo, lo que me alejo del cigarrillo determinantemente. La decisión está en lo más profundo de cada uno de nosotros y eso es lo que importa. Para aquellos que todavía luchan por dejar ese maldito vicio, encuentren una motivación, algo que los que los apasione y verán que si se puede lograr. !!Suerte!

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