Las cortinas de la sala eran de terciopelo color verde esmeralda, olían a humo de cigarrillo y a perfumen de miel ,una mezcla un tanto curiosa.Se trataba de un espacio largo y ancho con el techo alto y una atmósfera fría ,congelada.Estaba todo demasiado bien colocado,hasta las personas parecían estar encajadas a la perfección en el lugar que les correspondía ,toda palabra resonaba y se quedaba impregnada hasta la eternidad en esas paredes de papel tan frágiles e vulnerables como las manos de la mujer con aspecto de cigüeña que se aposentaba en la mesa redonda del centro de la sala . Una pareja de personas mujer y hombre, creaban una burbuja a su alrededor de silencio .Se trataba de una mujer pálida que ocultaba su rostro cansado detrás de una pamela negra y el humo de un cigarrillo largo.Su compañero ,un hombre con poco pelo pero mucho bigote se acariciaba la garganta mientras testaba una copa de vino tinto que mas tarde se derramó de una manera exacta y precisa en el vestido blanco de Ella,comunicando-se en todo momento a partir de la ausencia de palabras,quizá era esa sala donde la intimidad pasaba a ser un segundo plano.
De mientras en la mesa 3 ,en el lateral izquierdo una madre y sus dos hijos creaban otra ilustración del momento.Ella lucía una melena larga, sedosa y oscura como aquella noche ,en sus mejilla izquierda se dibujaba un lunar que parecía tener vida propia.Los dos niños a simple vista eran calcados ,pero un momento... uno de ellos eras tu,allí te vi por primera vez.