La juventud es ese paso tan precario
que nos apresuramos en perder,
imitando todas las imperfecciones
que aprendimos a fuerza de aprender.
Es el desequilibrio absurdo
que tiene la vida alguna vez,
para justificar estupideces
que no se volverán a cometer.
La juventud es ese despilfarro
que soltamos al mundo sin querer,
es el testigo de las cosas bellas
y de las que nunca volverán a ser.
La juventud es el lejano recuerdo
que queda en el amparo de la piel,
la juventud es la nostalgia por la vida
que ya no volverá a florecer.