Ay Amor, amor,
cómo lo haces, cómo lo has hecho?
Nada más despertar, sediento de ti he venido a tu regazo
te he encontrado junto a mí con las dilatadas pupilas de la pasión
prestas tus manos a acompañar mi caricias
He sentido el temblor de tu nuca bajo mi aliento
mientras mis manos se aventuran en la curva de tus pechos
He pasado mis yemas sobre tus labios entreabiertos
y ha sido mi boca que ha estallado en la tuya
He sentido encenderse la pasión que provoca
la cálida humedad de tu boca sedienta
y la corriente que funde nuestros cuerpos que se adivinan
Me he atrevido a soltar las amarras de tu sostén
y he dejando la gloria de tus pezones
junto a mi boca que los sorben, enloquecidos
gozando de la miel de su tersa piel apasionada
He recorrido con mi boca anhelante de aventura
la planicie de tu viente palpitante
He sentido el calor de tus maravillosas piernas
que he besado ardiente desde tus desnudos pies
Me he atrevido a quitar, suave y tiernamente
la barrera de tus bragas que han caído a mis pies
como inevitable ofrenda de amor
He mirado tus ojos desde el valle
que me han dicho atrévete que el manantial es tuyo
al él he llegado sediento a calmar mis ansias
y he bebido afiebrado la gloria de tu néctar
que se me brinda como ofrenda de pasión
mis manos han recorrido tu cuello
han bajado por el tobogán de tu espalda
han jugado en las montañas gloriosas
de tus nalgas irresistibles
mis dedos nerviosos y torpes
han acudido al llamado de tu mirada inflamada
han jugueteado con el enrulado pubis
y se han atrevido por fin
como luego mis labios y mi lengua
a besar esos tus otros labios
guardianes de la gloriosa gruta del amor
he sentido entonces tus manos urgidas
entre mis piernas jugar
y he sentido la rendida
definitiva
impostergable
urgencia del glorioso momento
en que hemos fundido nuestros cuerpos
tu dentro de mi
yo dentro de ti
y la sublime explosión del momento deseado
en que nuestros enloquecidos corazones palpitando juntos
y nuestras bocas fundidas en un profundo beso
han conocido el glorioso cénit del gozo compartido
Ahora
con la calma que sigue a la tormenta
descansa tu amada cabellera en mi hombro
y deja que mis manos agradecidas
recorran nuevamente esos lugares deseados
que se han convertido para mi
en el templo del amor
al que cada mañana he de volver
a rendir enamorado tributo
Antes de irme
cuando caes en el gozoso sueño del amor
deposito un suave beso en tus pupilas
y un tierno pimpollo entre tus amados pechos
que se convertirá luego en una fragante rosa roja
fugaz de envidia por la tersura suave
el aroma inigualable de tu piel
para siempre mía
Te adoro