Soneto Oral
Mientras el amoroso y tierno amante
con besos en frenética energía,
la zona v de su amada complacía,
llevándola hacia un clímax delirante
una imprudente y sonora flatulencia
ella dejó escapar descontrolada
y aquel ambiente de pasión inusitada
se tornó en un infierno de insolencia
y queriendo disimular esta vergüenza
el caballero en un gesto muy amable
con un piropo galante en su defensa
dijo, poniendo un dedo en el culpable:
no te impacientes mi amigo, yo te instruyo
porque el siguiente turno es todo tuyo